Esta es una de esas historias que se cuentan por la noche junto a una hoguera y bajo un manto de estrellas en la sabana africana siempre llena de animales, de árboles y mucha hierba. Y su protagonista es Gulo, un elefante que pasó una temporada algo complicadilla en su vida, porque no quería ser un elefante.
Gulo nació en una manada que vivía muy feliz y apaciblemente en la sabana africana. Los padres de Gulo estaban muy orgullosos de su hijito, porque ya desde pequeño parecía que llegaría a ser un gran elefante. Nunca paraba de reír y jugar con otros elefantitos de la manada. Pero claro, Gulo fue creciendo y cada vez se hacía más grande y sus pasos son cada vez más pesados y lentos. Incluso le asomaban ya unos pequeños colmillos que despertaban la envidia de algunos de sus jóvenes compañeros. Así que no es raro que los elefantes más mayores ya pensaran que Gulo, por su gran tamaño y fuerza, en el futuro podría llegar a ser el Gran Jefe que necesitaba la gran familia.
Un día, cuando Gulo, paseando por la selva se cruzó con unas hermosas gacelas que no paraba de saltar y correr, y se quedó atontado observándolas. Y la cosa fue a más cuando, otro día, Gulo estaba en una charca y una de las gacelas apareció de la nada, bebió del agua y desapareció con la misma rapidez y elegancia que Gulo había visto en la otra ocasión. Desde entonces, el joven elefante, solo se veía gordo y pesado. Se comparaba con las gacelas y decía que quería ser como una de ellas. Así que un día decidió ponerse a dieta y comer muy poquito para adelgazar mucho. Y por si fuera poco, también decidió que para acelerar el adelgazamiento se pondría un chándal para hacer un severo programa de ejercicios que incluía hacer footing, saltar a la comba, abdominales y flexiones.
Todos los animales se quedaron sorprendidos al ver a Gulo hacer todas esas cosas y cada día que pasaba más elefantes se asustaban y preocupaban por su estado: cada día, Gulo estaba más esquelético y débil… Y así fue como el elefantito fuerte y robusto se convirtió en un elefante anoréxico.
Como cada día que pasaba Gulo se sentía más incomprendido y solo, decidió marcharse de la manada e instalarse en un lugar apartado donde conoció a unos amigos algo…, digamos «diferentes»: una gacela muy gorda que no paraba de comer porque quería ser un elefante, un oso hormiguero con sinusitis porque no comía hormigas, un cocodrilo vergonzoso sin dientes por una enfermedad, o un león vegetariano y pacifista.
Un día, cuando el grupo de nuevos amigos dormía, unas hienas les atacaron y fue entonces cuando Gulo se dio cuenta de que su cuerpo, a pesar de su extrema debilidad por la falta de comida y los duros ejercicios, era el mejor instrumento para enfrentarse a aquél ataque. Gulo recordó que era un elefante alto, poderoso y fuerte, y por primera vez se comportó como un valiente elefante.. Y así comprendió cuál era su papel en la vida: ser un magnífico elefante, encargado de proteger y guiar a su familia.
Ah, ¡y esta es solo una pequeña historia! En este libro encontrarás más aventuras sobre personajes valientes y curiosos. Pero si quieres conocerlas… ¡tendrás que leer el libro!
TÍTULO: Gulo, el elefante anoréxico y otros cuentos.
AUTOR: Roberto Corral Moro.
EDITORIAL: Mensajero.
EDAD: +10 años



